martes, 2 de septiembre de 2008

¿QUÉ PASA EN EL POLO?

¿QUÉ PASA EN EL POLO?
MOMENTOS DE REFLEXIÓN Y BATALLAS POR LA UNIDAD

Los grandes medios de comunicación de la derecha han continuado su ofensiva para desagregar el Polo, cuando éste prepara sus elecciones internas. Coinciden con las medidas de Estado, que intentan judicializar a varios de sus dirigentes, los nuevos asesinatos de sindicalistas, las amenazas y hostigamientos a lo largo y ancho del país. Pero, sobre todo, lo hacen en un momento en que la táctica de Uribe, marcada por el empeño desesperado de distraer la atención sobre las graves sindicaciones de criminalidad del régimen, se enfoca a los actos de provocación que justifiquen la “seguridad” y la mayor militarización de las ciudades. Cabe anotar, especialmente, aquellas ciudades regidas por alcaldes no afectos a la autocracia gobernante.

Para que el Polo pueda acceder a las cartas credenciales de esta derecha primitiva debe, agitar espantajos anticomunistas y proceder a excluir de sus filas a la izquierda. Correlativamente, se intenta demostrar que el Polo está dividido y que, presuntamente, una izquierda irracional pretende “expulsar” a los verdaderos exponentes del “centro”. Se insiste en sembrar la idea de que esa división es necesaria.

Una cosa es que existan diferencias y que el Polo sea una fuerza electoral, plural y expresiva de su composición, manifiesta en su Ideario de Unidad. Otra, que se le busque fraccionar para sumar una parte a las posturas conciliadoras con las consignas oficiales de “confianza inversionista” y “seguridad democrática”, incluida su versión sin Uribe. Justamente, la diferenciación del Polo con el régimen radica en su compromiso con los intereses de los trabajadores (as) y su apuesta por una solución política, para una paz con democracia plena, reformas sociales y libertades públicas.

Los comunistas, junto con otras corrientes de la izquierda, hemos batallado sin tregua por la unidad. Entendemos que el régimen vea con preocupación que, pese a todo, el Polo existe y lucha. Pero, sobre todo, que pueda llegar y salir unido de su segundo Congreso nacional. Unido, no simplemente como una fuerza electoral, sino como una propuesta de unidad más amplia, con capacidad de ser el núcleo convocante de una alternativa de gobierno democrático, pluralista, comprometido con el cambio social en beneficio de las mayorías populares.

Precisamente por eso, un elemento esencial de este período deben ser los aspectos prioritarios de una plataforma básica de convergencias, que refleje los intereses y preocupaciones que se expresan en las múltiples resistencias populares y democráticas al capitalismo criminal de la globalización, a su conjugación con el militarismo y a su envoltura imperialista que anhela acallar toda rebeldía en América Latina. Tal plataforma tiene que tomar en cuenta a miles de víctimas de crímenes de Estado, a los millones de “desplazados” forzados y campesinos desarraigado; a los millones de desempleados y trabajadores precarizados, fruto de la “flexibilización laboral”, a los centenares de miles de destechados, a los sectores medios golpeados por la inflación, la carestía y la carencia de ingresos. Tiene que incluir la propuesta de una reforma política avanzada, un estatuto de la oposición y una iniciativa para la paz, con diálogo y negociación, en contraposición a la solución militar que pretende imponer el establecimiento, a sangre y fuego. Una vía de estos cambios tendrá que ser la Asamblea Nacional Constituyente. Continuaremos trabajando con estas ideas en el fortalecimiento del Polo, en su misión unitaria y transformadora.

JAIME CAYCEDO

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