Comienza en Copenhague, Dinamarca, la decimoquinta conferencia de las partes de la Convención marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC). Esta cita se ha convertido en una verdadera cumbre mundial, ante los evidentes avances del calentamiento global que ya comienzan a ser percibidos en la cotidianidad y dejan de ser imágenes lejanas de bloques de hielo que se derriten en el ártico. La expectativa mundial es enorme, hacia Copenhague viajan casi 100 jefes de Estado y numerosas organizaciones del movimiento social mundial se han dado cita en una Cumbre Alternativa.
El movimiento por el derecho humano al agua también estará presente en la cita mundial. Una de las consecuencias mas graves del cambio climático será precisamente la de disminuir la cantidad de agua disponible, pues las alteraciones del ciclo hídrico incidirán en la recarga de acuiferos, en acelerar la evotranspiración de los organismos vivos y en disminuir la cobertura vegetal, entre otros fenómenos que confluyen en esta grave crisis ambiental.
Lamentablemente y a pesar de que todos los indicadores muestran a los escenarios mas preocupantes como los mas posibles, los gobiernos de los países mas poderosos no dan muestras de enlutarse hacia reducciones significativas de las emisiones de CO2. Los Estados Unidos, por ejemplo, que no suscribieron ni la antes mencionada Convención ni el fracasado Protocolo de Kioto, solo ofrecen una reducción del 4% de las emisiones en relación con las cantidades que emitían en 1990. Esta precaria reducción depende de la aprobación de una Ley, aún en discusión por el Congreso norteamericano. Las potencias emergentes toman lo anterior como argumento para tampoco comprometerse demasiado.
Frente a la insensatez de las posiciones de las grandes potencias, de viejo y nuevo cuño, y las trasnacionales y grandes empresas a ellas ligadas, no queda otra alternativa que levantar como bandera la “Carta de la Tierra” y proponer, a partir de ella una declaración sobre los derechos de la naturaleza. Así lo ha propuesto la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), sus organizaciones integrantes y diversas organizaciones del movimiento social del continente, Europa y otras latitudes, que participarán en la Cumbre Alternativa, en cuyo marco se desarrollará una nueva Audiencia del Tribunal Internacional de Justicia Climática.
Desde Colombia apoyamos esta iniciativa y reproducimos a continuación la siguiente parte del texto que propone la mencionada Coordinadora:
“La Carta de la Tierra está estructurada en cuatro principios angulares que contienen 16 principios generales, a saber:
I. Respeto y cuidado de la vida.
1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.
3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas.
4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras.
II. Integridad ecológica
5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y, cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.
7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.
III. Justicia social y económica
9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental.
10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.
11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
IV. Democracia, no violencia y paz
13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.
16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
Así, en resumen, la Carta de la Tierra muestra que la protección del medio ambiente, los derechos humanos, el desarrollo equitativo de los pueblos y la paz son interdependientes e indivisibles. Todos los problemas están relacionados: los ambientales, los sociales, los económicos, los políticos y los culturales, lo cual invita a promover soluciones que los tengan en cuenta conjuntamente.[]
Derechos de la Pachamama
¿Por qué no retomar estos principios para, a partir de la Carta de la Tierra, redactar y aprobar una Declaración de los Derechos de la Naturaleza? El cambio de mentalidad y de corazón es posible, como decíamos al inicio: basta con dejar de ver el planeta como un depósito de recursos para ser saqueados, mercantilizados y servir al enriquecimiento de unos pocos. Basta con volver a la armonía con nuestra Pachamama. Se trata, sencillamente, de defender la vida, toda la vida, con sus riquísimas diversidades biológicas y culturales.
El año que termina ha sido rico para el movimiento indígena en este camino. En mayo se reunió en Puno la IV Cumbre de Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Abya Yala, que tomó tres acuerdos centrales para difundir las demandas y propuestas en torno al calentamiento global: la Minga Global por la Madre Tierra, que se realizó en octubre; la creación del Tribunal Internacional de Justicia Climática, que tuvo su primera Audiencia en Cochabamba, Bolivia, en el marco de esta Minga Global; y la realización de una cumbre paralela a la Conferencia de Copenhague en diciembre.
Como hijos de la Madre Naturaleza, la adopción de una Declaración de sus Derechos forma parte central de nuestra agenda.
- Norma Aguilar Alvarado, Área de Comunicaciones
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI”
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