viernes, 13 de junio de 2008

LA FALSA SOLUCIÓN URIBISTA A LA CRISIS ESTÁ EN MARCHA


El gobierno le ha dado muerte a su propia propuesta de reforma política. Lo ha pensado bien y ha concluido que necesita las actuales mayorías para imponer el paquete de medidas destinadas a asegurar la reelección de Uribe.

De hecho, la “solución” uribista para la crisis política es su propia reelección. No hay otra. Toda la podredumbre del régimen debe concurrir, desde el parlamento, la administración, el militarismo y el paramilitarismo.

Es una “solución” forzada desde las alturas del poder. Combina varias jugadas: la decisión de la Corte Constitucional de obligar a la separación de las funciones, acusatoria y de juzgamiento, de la Corte Suprema; la recolección de firmas para el referendo pro reelección; la conexión de la reelección con una supuesta constituyente que Urie convocaría después de ser reelegido; el enuncio de una comisión de notables urbistas para proponer otra reforma adaptada a la perpetuación del poder personal.

La maniobra dictatorial incluye la campaña propagandística que pretende vincular los datos de los computadores, previamente alterados por los organismos de inteligencia, en la acusación de terrorismo a parlamentarios y dirigentes de la izquierda. Siguen en marcha las detenciones arbitrarias, los montajes con base en ordenes de batalla”. Pero no es todo. Existen amenazas presidenciales de tratamiento policivo y judicialización contra estudiantes de las Universidades públicas en conflicto. Los asesinatos y desapariciones de los últimos meses y semanas, la más grave de las cuales es la de dirigente sindical Guillermo Rivera Fúquene, desaparecido en Bogotá el 22 de abril, siguen en el misterio para las autoridades. Viene más de lo mismo, en clave de seguridad democrática.

Tal es el futuro que ofrece la “solución” uribista. Continuismo, empobrecimiento popular, inestabilidad laboral y desempleo, cero preocupación social, cero acuerdos humanitarios, guerra y militarización de la sociedad, son el contenido del reeleccionismo. Muy pocos se enriquecen, pero se enriquecen mucho. Los grandes capitalistas transnacionales se apoderaron de la economía. Y el presidente está de rodillas ante el imperio. Un gran cambio democrático se impone en contra de continuismo reeleccionista.

JAIME CAYCEDO


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