
En el momento del hurto, la vivienda de Carlos Arturo se encontraba vacía pues nuestro compañero participaba del taller de formación de promotores de derechos humanos que se celebraba en la vereda Carrizal, como parte del proyecto de capacitación implementado por Cahucopana, con el auspicio de Misereor, organización no gubernamental alemana que promueve proyectos de desarrollo comunitario para América Latina.
En los acuerdos firmados entre las comunidades campesinas y el Gobierno Nacional el 5 de julio de 2007, fue pactado que el ejército respetaría los bienes de los campesinos, algo que como se puede ver no se está cumpliendo, apenas un año después de los acuerdos.
Exigimos sancionar a los soldados responsables del hurto del mercado, reponerlo íntegramente y ofrecer disculpas públicas al campesino perjudicado y a la organización a la cual pertenece.
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