viernes, 18 de septiembre de 2009

Mensaje de don Godofredo cínico caspa




Por Sumercé (Especial para Un Pasquín)

Que dejen esa guachafita de presionar a punta de firmas a nuestro gran líder para que siga en la presidencia; que dejen de obligarlo a pasar por la humillación de citar a los Congresistas a la Casa de Nari para pedirles que voten a favor del referendo de las tales firmas. ¿Dónde se ha visto que así se le pague a nuestro gran pacifista en jefe? ¿Dónde, caray? ¡Por Dios…!

Es que no les basta el sacrificio de un hombre que le ha cortado las manos a LA FAAAAR, que ha conseguido implementar una ley de justicia y paz en la que no hay justicia ni paz y, mucho menos, ley; de quien consiguió demostrar que no todas las gatas son pardas; de quien se apresta a cumplir su promesa preelectoral de traer las tropas del santísimo imperio para que al fin haya orden y justicia en esta patria? ¿No les basta el claro y diáfano desinterés de este abnegado patriota en retirarse del poder, para entender que él no quiere, no le interesa seguir gobernando a esta manada de desagradecidos que son capaces de dejarlo colgado de la brocha a la hora de votar en una segunda reelección? ¡No hay derecho, carachas! ¡Déjenlo en paz!

Ya es hora de que vayan entendiendo que Uribe no es eterno, que merece retirarse al Ubérrimo a descansar en compañía de la silenciosa y discreta Lina, se lo ha ganado, ¡caramba! Y si les parece imposible que el país –que con tan buen tino ha gobernado el gran demócrata que es Alvarito– siga adelante sin él, pues que le echen ojo a un sucesor que lleve en la sangre el canto de igualdad y libertad que porta el irrepetible Uribe.

Sí, señores; otro Uribe sería el único capaz de reemplazar al mismo Uribe. Uno que como él sepa muy bien lo que es hacer empresa, lo que es cuidar de los desplazados, esos cochinos, inmundos que se la pasan recogiendo basuras y afeando las ciudades, sin ninguna consideración con las cifras que con tanto esfuerzo ha conseguido disminuir nuestro gran líder. Plaga que brota por todos lados sólo para contradecir a nuestro primer mandatario.

Lo que el país necesita a falta de Uribe, es a otro Uribe que tenga muy clarito, como nuestro gran Uribe, que lo importante no es llegar sino saber llegar y de ser posible quedarse. Que importa que el mundo vaya para la izquierda ¿y qué? Nosotros, los colombianos de bien, vamos felices para la derecha, y si se puede más a la derecha todavía.

Por eso es que en este país lo que tiene que imponerse es la monarquía, así solucionaríamos todos nuestros problemas. Ni referendo ni nada de esas pendejadas de tener que ofrecer notarías, puesticos por aquí y por allá, para conseguir que el poder siga en manos de quien debe ser: nuestro Monarca.

¡Nada de eso, señores! Si aquí tuviéramos una monarquía como la de la señora Chava, hace rato que se habría acabado la pelotera del tal referendo. Los colombianos de bien, que con lágrimas en los ojos aceptamos el retiro de Uribe I, imploramos que nuestro gran líder abdique en favor de un hombre que ha demostrado su mismo talante a la hora de negociar, de multiplicar los bienes terrenales y de hacer justicia con los basuriegos: el eximio, brillante y abnegado Tomás Uribe.

¡Si, señores! La única manera de que podamos mantener el orgullo patrio intacto, sin perder puestos ni nada semejante, es que la sangre del gran líder siga gobernando y que así se instaure al fin la monarquía que tanta falta nos hace a los colombianos…

Tomás para presidente. Después… para monarca. Y detrás y delante del trono: Uribe I, ¡como debe ser…!

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