*Los partidos políticos que respaldan al presidente Uribe Vélez obtuvieron la mayoría en las elecciones de Senado y Cámara de Representantes, son los mismos de la “parapolítica” y la corrupción. Llega el relevo de los 80 congresistas que están en la cárcel o procesados por nexos con paramilitares. El caso del PIN es sencillamente indignante. El PDA se mantiene como una fuerza política nacional, aunque pierde tres senadores
*Redacción Política
Si algo colapsó en las elecciones del domingo 14 de marzo en el país fue el sistema electoral y las condiciones en que se adelantan las campañas electorales. Al cierre de esta edición apenas se conoce el 95 por ciento del escrutinio nacional y en el caso de Bogotá, la capital del país, es más bajo aún. La consulta conservadora, que mantiene en ascuas al partido azul y en agrios enfrentamientos a sus dos principales protagonistas, Noemí Sanín y Andrés Felipe Arias, tendrá resultados definitivos el viernes 19 de marzo próximo.
Pero además, en la campaña primaron la corrupción, la compra de votos, la intimidación paramilitar y todo tipo de fraudes, protagonizados por los partidos del Establecimiento y del uribismo, expresión del sistema antidemocrático electoral, lo cual coloca por delante la necesidad de una verdadera reforma política que haga menos complicado el sistema electoral y que erradique los vicios y el fraude a la decisión democrática de los electores.
Los partidos políticos que respaldan al presidente Uribe Vélez obtuvieron la mayoría, que son los mismos de la “parapolítica” y la corrupción. El Partido de la U, Conservador y Cambio Radical, de los más votados, todos aunque con algunas diferencias y sesgos de la cuerda uribista, son de los que más aportaron a la “parapolítica” y a casos de degradación política en el Congreso. Pero el peor ejemplo es el del PIN, que eligió a los familiares de los ex congresistas presos en La Picota y a otros, inhabilitados por casos de corrupción.
Sin embargo, aunque la “gran prensa” da como ganador de las elecciones al presidente Uribe Vélez, hay que destacar, después de caída la reelección, que los partidos uribistas no están cohesionados y existen contradicciones entre ellos. Cambio Radical, por ejemplo, aunque defiende la “seguridad democrática”, está por fuera del oficialismo y en campaña propia. Lo mismo ocurriría en el Partido Conservador si gana Noemí Sanín la consulta interna. Por esta razón, la U ordenó a sus huestes votar por “Uribito” en la consulta.
No hay cambios
Así las cosas, vuelve y juega la “parapolítica” en el Congreso. No se advierten grandes cambios, conocida la composición, en particular del Senado. Según la Misión de Observación Electoral (MOE) son 35 los senadores que están siendo investigados o condenados por el expediente de la “parapolítica”.
Escrutado el 95 por ciento y con una votación de 13.203.762 personas de un potencial de 29.852.099 votantes, es decir, casi el 60 por ciento de abstención, los porcentajes de votación y las curules asignadas en el Senado de la República, son las siguientes: Partido de la U, 25.18 por ciento y 27 curules; Partido Conservador, 20.64 por ciento y 23 curules; Partido Liberal, 15.84 por ciento y 18 curules; PIN, 8.15 por ciento y 8 curules; Cambio Radical, 7.98 por ciento y 8 curules; Polo Democrático Alternativo, 7.62 y 8 curules; Partido Verde, 4.77 por ciento y 5 curules; Mira, 2.68 por ciento y dos curules. Los demás partidos no lograron el umbral aunque Compromiso Ciudadano de Sergio Fajardo está peleando la última curul.
Los votos nulos son 1.403.913 lo cual pone de relieve el engorroso sistema del tarjetón, cuyo diligenciamiento no es de fácil solución para todos los ciudadanos. Hay también 473.351 tarjetones no marcados y 475.291 votos en blanco. En el caso del Parlamento Andino, donde la votación fue menor, hubo 1.445.616 votos en blanco, mayor que la votación más alta que fue de la U con 1.277.162, por lo cual hay un debate en el Consejo Nacional Electoral y entre expertos sobre la validez o no de la elección. En caso de no ser válida tendría que repetirse.
La votación del PDA
La votación del Polo Democrático Alternativo, faltando el 5 por ciento de los datos, es de 848.905, similar a la de hace cuatro años, que corresponde al 7.62 por ciento. Elige ocho senadores, tres menos de los 11 que tenía, aunque en realidad fueron diez los elegidos en los comicios de 2006, pues el 11 llegó gracias a las demandas de nulidad de elecciones de congresistas proferidas por el Consejo de Estado en los últimos dos años.
En Bogotá, el PDA conserva una importante votación y mantiene los tres representantes a la Cámara (ver recuadro), a saber: Germán Navas Talero, Iván Cepeda y Alba Luz Pinilla. En Valle del Cauca el Polo tuvo buena votación, jalonada por dos senadores elegidos, Mauricio Ospina y Alex López y Wilson Arias, elegido representante a la Cámara. En otras regiones el PDA tuvo importante votación. El Polo tiene presencia aunque impacta la pérdida de curules en ambas cámaras.
Debido a que el senador Jaime Dussán, presidente del PDA, perdió la curul, presentó renuncia a su cargo como cabeza visible de la dirección nacional, más que por un supuesto colapso electoral del partido, como lo aseguran algunos medios de comunicación.
Renuncia de Dussán
“Los informes electorales del día de hoy significan que el partido sigue vivo, nuestras expectativas eran superiores incluyendo mis posibilidades de continuar en el Congreso. Los resultados los asumo con responsabilidad y en consecuencia presento mi renuncia irrevocable a la Presidencia del partido.
“Sugiero que se reúna el Comité Ejecutivo y la Junta Nacional para tomar las decisiones que consideren convenientes.
“El partido no está derrotado y la izquierda democrática sigue vigente.
“Felicito a la inteligencia y la juventud que dirigirá el partido en adelante y les deseo los mejores éxitos”.
El Polo Democrático Alternativo es una realidad nacional pese a la ausencia de garantías electorales, al ventajismo de los partidos de Gobierno y a la campaña sucia que se adelantó contra él y sus dirigentes desde las alturas del Gobierno.
Voz
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