martes, 6 de julio de 2010

Los trabajadores petroleros y la perspectiva política


Los comunistas del petróleo saludamos la realización de la Asamblea Nacional de Delegados de la USO y esperamos que ésta sea fructífera en la definición de la política y el accionar de la UNION SINDICAL OBRERA.

La Asamblea Nacional de Delegados se realiza en un momento de gran trascendencia para el futuro de nuestro país y nuestro sindicato, en medio de un debate electoral cuyos primeros resultados indican la continuidad de la nefasta política Uribista y un ambiente adverso para los movimientos sociales que hacemos oposición en el país.

Cuatro años más de la mal llamada política de seguridad democrática, que estimula la guerra, vulnera la soberanía nacional con el uso de bases militares en todo el territorio nacional por parte del ejército norteamericano; es probable que se continúe el colapso institucionalidad con la injerencia del ejecutivo en los demás poderes; la permanencia de recortes sustanciales a las libertades democraticas, la limitación de derechos, una economía en función del incremento del conflicto, la corrupción generalizada, el enriquecimiento de las elites dominantes, la permanencia de la crisis de derechos humanos y las garantías ilimitadas a las transnacionales para la explotación de los recursos nacionales. No es gratuito que Colombia haya sido el país con más dirigentes sindicales asesinados en el 2009, como lo informó la Confederación Sindical Internacional CSI, en su informe anual, pues la política de seguridad democrática lejos de garantizar la paz, el ejercicio de la democracia y la seguridad ciudadana, se ha convertido en el arma ideal para golpear y deslegitimar el accionar de las organizaciones sociales que se oponen al actual régimen.

Naciones hermanas como Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia toman decisiones políticas y económicas para estatizar los hidrocarburos, entendiendo que éste es un elemento estratégico de alto impacto en la economía y con ello aseguran la redistribución de la renta petrolera, que durante mucho tiempo se quedó en los bolsillos de las transnacionales y hoy son el motor del desarrollo social. Contrario a la tendencia soberana de varios países latinoamericanos, en Colombia, el gobierno anuncia la venta de un (15%) adicional de acciones de ECOPETROL para financiar proyectos de infraestructura vial. De materializarse ésta decisión del Gobierno, se daría continuidad al proceso de privatización iniciado en el 2003. Esta absurda decisión afecta el interés nacional, dado que con los recursos provenientes de las transferencias que anualmente hace ECOPETROL a la nación, que en el año 2009 fue de 18.6 billones de pesos[1], se financian buena parte de la inversión social de nuestro país, si se vende un 15% adicional, las utilidades de ese porcentaje ya no irán a las cuentas del Estado sino al bolsillo de sus nuevos dueños.

Lamentablemente los candidatos Santos y Mockus, siguen la tendencia del gobierno Uribe, pues en sus discursos plantean feriar un nuevo paquete de acciones de Ecopetrol (adicional al propuesto por Uribe), para “tapar” el déficit fiscal o financiar la educación y la investigación en el país, lo cual es una completa incoherencia, porque los recursos que se obtengan con la venta de las acciones de ECOPETROL, a la postre se reflejarán en menores transferencias a la nación y por ende se deberán buscar recursos que suplan lo que se dejaría de recibir, a través de nuevos impuestos o haciendo que los Colombianos paguemos más impuestos. Por más que se quiera matizar, lo que se busca de fondo es justificar la privatización de las empresas estratégicas y rentables del país, como lo exigen las recetas de FMI.

LOS RETOS DE LA UNION SINDICAL OBRERA EN ESTA COYUNTURA

Mientras esto acontece en el país, nuestra organización sindical se encuentra inmersa en múltiples conflictos domésticos que se tornan desgastantes e improductivos y le impiden atender lo que realmente es prioritario para el futuro de la organización, ECOPETROL y el país. La USO, otrora actor principal de la política petrolera, laboral y social del país, ha perdido protagonismo en el contexto nacional, al punto que no está opinando del acontecer nacional y cuando lo hace ya no es noticia. Lo anterior, refleja la pérdida del liderazgo político y sindical que en su momento tuvo nuestra organización y revela la grave crisis por la que estamos atravesando.

Los avances obtenidos con la creación de Ecopetrol como empresa Estatal en 1948, se vieron gravemente afectados con su transformación como una organización corporativa central, con lo cual Ecopetrol cambia la naturaleza jurídica de la empresa, lo que ha significado profundas reformas en materia laboral, de estructura organizacional, de control, de manejo de riesgos, de contabilidad y de gobierno corporativo. A partir de entonces, se incorporó una política de flexibilización laboral, disminución de salarios y prestaciones, y pago de incentivos por resultados, ante el hecho de una competitividad del trabajo por debajo de los estándares internacionales.

Entonces la nómina de Ecopetrol pasó de 11.835 trabajadores en 1990 a 6.150 en el 2008. Para 2009, apenas continuaban 2.350 trabajadores directos indefinidos (sin incluir directivos), y hay una “bolsa” de 280 trabajadores temporales (nacionalmente llegan a 500) y con más de 26.000 trabajadores de tercerizados, vinculados a través de empresas contratistas o cooperativas de trabajo. Esto significa no sólo despidos sino también precarización de la contratación, baja de salarios y flexibilización laboral.

Entre 1988 y 2008, las utilidades de la empresa aumentaron cerca de 100 veces, mientras la nómina directa de trabajadores cayó en 47 por ciento; en consecuencia, durante los últimos 20 años, la productividad física de los trabajadores directos (barriles de petróleo diarios por trabajador) aumentó 3,5 veces, y la utilidad neta generada por cada trabajador directo aumentó 174 veces durante el mismo período.

Los dirigentes del establecimiento, a quienes nada les ha costado la lucha por mantener a Ecopetrol como patrimonio nacional, avanzan solapadamente en su tarea de desangrar a cuentagotas el capital público de la empresa. La pregunta es: ¿cuál es nuestra estrategia para impedirlo?, ¿Durante qué etapas?, ¿en esta lucha quienes son nuestros aliados?, ¿Con que recursos contamos?

La Unión Sindical Obrera debe retomar la iniciativa política, continuar la senda construida con esfuerzo por las anteriores generaciones de líderes y obreros petroleros. No basta con tener la razón, hay que defenderla en la organización y la movilización. Esta Asamblea de la USO no solo debe refrendar la bandera de una política nacionalista del sector petrolero, la defensa de las reivindicaciones logradas a través de las Convenciones Colectivas de Trabajo (CCT), la lucha por los Derechos Humanos y el logro de la paz con justicia en Colombia, sino que debe emprender una verdadera cruzada de acercamiento hacia diversos sectores de la sociedad y juntos impedir que Ecopetrol corra la misma suerte de la Caja Agraria, Telecom, Bancafe, Adpostal, Inravision y muchas más que fueron liquidadas y entregadas al capital transnacional. Esta cruzada por la defensa de ECOPETROL debe tener como eje central la campaña contra la venta de nuevos paquetes accionarios de ECOPETROL .

Debe reconocerse la diversidad de valores políticos al interior del sindicato y el compromiso común por la unidad y fortaleza de la organización. Así hemos convivido durante décadas y esa coexistencia ha podido escalar el logro de importantes conquistas. Hay que reconocer que el enemigo a derrotar no está al interior de la USO, los enemigos hay que buscarlos en cabeza de quienes pretender acabar con el patrimonio público, en quienes han patrocinado la vulneración de los derechos humanos y el desconocimiento de los derechos laborales. Hay mucho trabajo por hacer como para continuar en una disputa interna que en lugar de fortalecer a una u otra opinión política, lo que hace es que debilita al sindicato en su conjunto, por eso las fuerzas políticas que hacemos presencia en la USO debemos asumir el compromiso de buscar solucionar de manera fraternal las diferencias e inconvenientes, exigiendo de nuestros militantes el compromiso de cumplir la plataforma de lucha del sindicato, la disciplina sindical y asumir una postura de clase.

Llevamos un siglo luchando por el derecho de asociación sindical y hoy se convierte en un eje central a desarrollar, asociar esa gran población de trabajadores del sector petrolero, que bajo diversas formas de contratación, no dejan de ser asalariados y víctimas de un régimen desigual y represivo. El éxito de nuestra brega está en saber unir a todos los trabajadores en pos de una misma causa, en saber elegir a nuestros aliados en la lucha por la defensa del patrimonio público y la soberanía nacional.

BUCARAMANGA, 9,10, 11 y 12 de Junio de 2010.

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