(Nota Política del PCB)
El Partido Comunista Brasileño manifiesta su preocupación y, al mismo tiempo, su repudio vehemente a las negociaciones entabladas por el gobierno de Lula con el gobierno de los Estados Unidos, visando instalar una base militar de inteligencia en Brasil, posiblemente en Río de Janeiro y/o en la región de la Triple Frontera. Su pretexto oficial sería el de auxiliar la vigilancia y el combate al tráfico de drogas y al “terrorismo” en el Atlántico Sur.
Sin embargo, una serie de factores nos lleva a creer que la base no pretende solo alcanzar lo fines oficialmente propuestos. En primer lugar, porque se hizo común que los Estados Unidos intenten encubrir la intervención en otros países para defender sus intereses, con la disculpa de combatir el tráfico de drogas y el llamado terrorismo, concepto en que se incluyen la insurgencia y la autodefensa de los pueblos.
Otro motivo para la instalación de una base militar en territorio brasileño –hecho solo ocurrido en la segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos instalaron una base aérea en Natal para abastecimiento y envío de tropas que combatían el peligro fascista- se inserta en la lógica norteamericana de aumentar la militarización creciente de América Latina, como forma de criminalizar y combatir las luchas populares.
En los últimos años, los Estados Unidos ampliaron su presencia militar en América Latina, a través de la expansión de sus instalaciones militares limítrofes con Venezuela, cercando este país con bases en Colombia, Curazao y las Antillas Holandesas.
Coherente con su política de militarización de América Latina, como forma de frenar las luchas populares y con la mirada en los recursos naturales de la región, Estados Unidos reactivó recientemente su IV Flota Naval, desactivada desde la década de 1950.
Finalmente, será mucha “coincidencia” la posible instalación de una base yanqui en Río de Janeiro, estado en cuya plataforma marítima se localizan las mayores reservas brasileñas de petróleo, incluso de pre sal. Se sabe muy bien que las intervenciones militares norteamericanas han sido motivadas, en muchos casos, por la tentativa de controlar las reservas de petróleo (de las que Estados Unidos son los mayores consumidores y dependientes), cuyas reservas son cada vez más escasas.
Por las razones expuestas, el Partido Comunista Brasileño exige la suspensión inmediata de esa negociación. El gobierno brasileño no puede ceder un milímetro del territorio nacional, sobre todo a una potencia imperialista que, para defender sus intereses, se comporta como la policía del mundo, creyéndose con derecho de invadir países, derrumbar sus gobiernos y expropiar sus riquezas naturales.
El PCB reclama el conjunto de fuerzas y personalidades antiimperialistas brasileñas a sumarse en un expresivo repudio a esta vergonzosa negociación.
Rio de Janeiro, 9 de abril de 2010
PCB – Partido Comunista Brasileño
Comité Central
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El Partido Comunista Brasileño manifiesta su preocupación y, al mismo tiempo, su repudio vehemente a las negociaciones entabladas por el gobierno de Lula con el gobierno de los Estados Unidos, visando instalar una base militar de inteligencia en Brasil, posiblemente en Río de Janeiro y/o en la región de la Triple Frontera. Su pretexto oficial sería el de auxiliar la vigilancia y el combate al tráfico de drogas y al “terrorismo” en el Atlántico Sur.
Sin embargo, una serie de factores nos lleva a creer que la base no pretende solo alcanzar lo fines oficialmente propuestos. En primer lugar, porque se hizo común que los Estados Unidos intenten encubrir la intervención en otros países para defender sus intereses, con la disculpa de combatir el tráfico de drogas y el llamado terrorismo, concepto en que se incluyen la insurgencia y la autodefensa de los pueblos.
Otro motivo para la instalación de una base militar en territorio brasileño –hecho solo ocurrido en la segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos instalaron una base aérea en Natal para abastecimiento y envío de tropas que combatían el peligro fascista- se inserta en la lógica norteamericana de aumentar la militarización creciente de América Latina, como forma de criminalizar y combatir las luchas populares.
En los últimos años, los Estados Unidos ampliaron su presencia militar en América Latina, a través de la expansión de sus instalaciones militares limítrofes con Venezuela, cercando este país con bases en Colombia, Curazao y las Antillas Holandesas.
Coherente con su política de militarización de América Latina, como forma de frenar las luchas populares y con la mirada en los recursos naturales de la región, Estados Unidos reactivó recientemente su IV Flota Naval, desactivada desde la década de 1950.
Finalmente, será mucha “coincidencia” la posible instalación de una base yanqui en Río de Janeiro, estado en cuya plataforma marítima se localizan las mayores reservas brasileñas de petróleo, incluso de pre sal. Se sabe muy bien que las intervenciones militares norteamericanas han sido motivadas, en muchos casos, por la tentativa de controlar las reservas de petróleo (de las que Estados Unidos son los mayores consumidores y dependientes), cuyas reservas son cada vez más escasas.
Por las razones expuestas, el Partido Comunista Brasileño exige la suspensión inmediata de esa negociación. El gobierno brasileño no puede ceder un milímetro del territorio nacional, sobre todo a una potencia imperialista que, para defender sus intereses, se comporta como la policía del mundo, creyéndose con derecho de invadir países, derrumbar sus gobiernos y expropiar sus riquezas naturales.
El PCB reclama el conjunto de fuerzas y personalidades antiimperialistas brasileñas a sumarse en un expresivo repudio a esta vergonzosa negociación.
Rio de Janeiro, 9 de abril de 2010
PCB – Partido Comunista Brasileño
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