jueves, 15 de abril de 2010

EE.UU. y Colombia esconden atrocidades a través de fosas comunes


Dan Kovalik abogado de derechos humanos y laborales

El mayor escándalo en años sobre los derechos humanos se está desarrollando en Colombia, aunque uno no se daría cuenta por la falta total de cobertura en los medios de aquí. La fosa común más grande en Colombia fue descubierta por accidente el año pasado a las a! fueras de una base del Ejército colombiano en La Macarena, un municipio rural ubicado en el departamento del Meta, al sur de Bogotá. La tumba fue descubierta cuando unos niños luego de beber del agua de un arroyo cercano, comenzaron a enfermarse gravemente.

Estas enfermedades surgieron por la contaminación del agua por un filtrado desde lo que se descubrió que era una fosa común - una fosa marcada sólo con pequeñas banderas con las fechas (entre 2002 y 2009) en la que fueron enterrados los cuerpos.

De acuerdo a una carta del 10 de febrero de 2010 emitida por Alexandra Valencia Molina, Directora de la oficina regional de la propia Procuraduría General de la Nación en Colombia - una agencia del gobierno encargada de investigar la corrupción del gobierno - unos 2.000 cuerpos están enterrados en esta fosa. El Ejército colombiano ha admitido su responsabilidad sobre la fosa, diciendo que habían matado y enterrado allí a supuestos guerrilleros. Sin embargo, los cuerpos en la fosa aún no han sido identificados. Al contrario, en contra de todo el protocolo para el manejo de los restos de alguien asesinado por los militares, especi! almente de las guerrillas, los cuerpos contenidos en la fosa común fueron enterrados en secreto sin el debido proceso de que el gobierno de Colombia certifique que los fallecidos eran de hecho combatientes armados como alega el Ejército.

Y dado el actual escándalo sobre "falsos positivos" que ha envuelto al gobierno del presidente Álvaro Uribe y a su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, que ahora se postula para suceder a Uribe como presidente, la afirmación del Ejército de Colombia sobre la fosa común es especialmente sospechosa. Este escándalo gira en torno al ejército colombiano, recientemente bajo la dirección de Juan Manuel Santos, que a sabiendas, asesinaba civiles a sangre fría y luego los vestía para que parecieran ser guerrilleros armados con el fin de justificar más ayuda de Estados Unidos. Según Navi Pilay, la Alta Comisionada para l! os Derechos Humanos de las Naciones Unidas, esta práctica ha sido tan "sistemática y generalizada" como para constituir un "crimen de lesa humanidad". Y tristemente, cuando la Sra. Pilay hizo esta declaración, ella literalmente no sabía ni la mitad de la cuestión.

Hasta ahora, sin contar esta fosa común, ha sido confirmado por fuentes del gobierno colombiano que 2.000 civiles han sido víctimas de los "falsos positivos" desde que el presidente Uribe asumiera el poder en 2002. Si como se sospecha por los grupos colombianos de derechos humanos, tales como la "Comisión de Derechos Humanos del Bajo Ariari " y el "Colectivo de Orlando Fals Borda", la fosa común en La Macarena contiene 2.000 víctimas civiles más de este sistema, entonces esto traería el total de las víctimas del escándalo de los "falsos positivos" a por lo menos 4.000 - mucho peor de lo que se creía originalmente.

El hecho de que esa fosa fuera descubierta a las afueras de una base militar colombiana supervisada por asesores militares estadounidenses - EE.UU. tiene alrededor de 600 asesores militares en ese país - es especialmente preocupante, y plantea serias interrogantes sobre la propia conducta de Estados Unidos en ese país. Además, esto pone aún más en duda la conveniencia de un acuerdo del presidente Obama con el presidente Álvaro Uribe el año pasado de permitir el acceso de EE.UU. a 7 bases militares en ese país.

El gobierno colombiano y el ejército están tratando de contener este reciente escándalo, y posiblemente lo traten de hacer a través de más violencia. De hecho, el 15 de marzo de 2010, Jhonny Hurtado, un ex dirigente sindical y Presidente del Comité de Derechos Humanos de La Cantina, quien fuera un individuo clave en revelar la verdad sobre esta fosa común, fue asesinado por soldados de la Brigada 7 colombiana. Una Brigada Móvil patrullaba la zona. Justo antes de su asesinato, Jhonny Hurtado le había dicho a una delegación de par! lamentarios británicos que visitaban Colombia, que él creía que la fosa común en La Macarena contenía los cuerpos de personas inocentes que habían sido "desaparecidas".

El descubrimiento accidental de esta fosa común plantea la posibilidad de que se encuentren más fosas. Sin duda, es el consenso de los grupos de derechos humanos en Colombia que esto es sólo el comienzo. De cualquier modo, el descubrimiento de esta fosa, encima de la gran magnitud del escándalo que ya se sabe de los "falsos positivos", justifica un serio replanteamiento de la política de EE.UU. hacia Colombia - una política conforme a la cual EE.UU. ha enviado más de $7 mil millones de ayuda militar a Colombia desde el año 2000 y se sigue añadiendo. Esta política, que el Presidente Obama profundiza a! ún más, ha continuado la larga práctica de los Estados Unidos de dar ayuda militar a la mayoría de los peores violadores de los derechos humanos. Ahora es el tiempo para descontinuar esta práctica.

Daniel Kovalik es un abogado de derechos humanos y laborales en Pittsburgh. La información de este artículo sobre la fosa común en La Maracena se basó en las investigaciones obtenidas por Justicia para Colombia en Londres y por dos valientes líderes de derechos humanos colombianos, Edinson Cuellar y Carolina Hoyas, que están trabajando sin descanso para difundir la verdad sobre esta fosa común .


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