miércoles, 14 de abril de 2010

SITP debe priorizar concepto de rentabilidad social sobre el de la lógica del negocio

Boletín de prensa

* El nuevo sistema deberá garantizar también condiciones laborales dignas a los trabajadores que operarán el sistema

Las multimillonarias inversiones que hace la ciudad en la disposición de la infraestructura y el mantenimiento vial para que los operadores privados usufructúen el servicio público de transporte deben retribuirse a través de tasas de retorno justas en función de dicha inversión, señaló el concejal del Polo Democrático Alternativo, PDA, Jaime Caicedo Turriago, al referirse a las proyecciones del nuevo Sistema Integrado de Transporte, SITP.

“Tenemos que aprender de la desequilibrada experiencia de Transmilenio, pues la ciudadanía por medio de impuestos y contribuciones ha hecho un aporte de más de $3 billones para la construcción de la infraestructura y el mantenimiento de las vías por donde circula este sistema, aparte de pagar la tarifa que se fija por el servicio. Sin embargo, el 95% de los ingresos, aproximadamente $2 billones, han ido a parar a las gruesas billeteras de los operadores privados, que no pusieron un solo peso para la construcción, mientras que la ciudad escasamente percibe entre el 5% y el 6% del total de los recursos generados por el mismo, insuficientes para cubrir los costos de administración y vigilancia y que no amortizan la inversión realizada”, indicó.

“Consideremos además, continuó, que el precio de construcción por kilómetro se ha incrementado escandalosamente desde la Fase I a la II, pasando de US$11.3 millones a más de US$38.7, cuando los estimativos que nos vendió el alcalde Peñalosa hablaban de US$5 millones. Todo esto implica mucha más plata del bolsillo de los bogotanos y bogotanas, es decir, más inversión pública. Este desbalance entre inversión y rentabilidad social es a todas luces desproporcionado y la ciudad tiene que luchar por recomponerlo”, dijo Caicedo.

El concejal del PDA afirmó que una forma adicional de retribución a la ciudad por su cuantiosa inversión sería el establecimiento de tarifas diferenciales para poblaciones especiales. “Esto no es ninguna novedad. En casi todos los países del mundo existen tarifas diferenciales para estudiantes, discapacitados y personas de la tercera edad. En Colombia incluso hay normas que obligarían a concedérselas a estas dos últimas categorías poblacionales. Hasta el momento ese mandato se ha burlado”.

El cabildante señaló también que le preocupan las condiciones de contratación de los trabajadores que tendrán a su cargo la operación del Sistema Integrado de Transporte. “Es bien sabido que las condiciones laborales tienen serias implicaciones en la seguridad de la operación de los buses y en el propio bienestar de los pasajeros. Hemos recibido múltiples denuncias de representantes sindicales y de algunos conductores en el sentido de que las jornadas de ocho horas en Transmilenio no se cumplen de manera estricta y que, por lo demás, las empresas han maniobrado siempre para impedir la organización sindical de los trabajadores, lo cual constituye una violación a las normas laborales internacionales”.

Igualmente se refirió a la necesidad de que el SITP observe plenas garantías laborales a los trabajadores, sin intentar desconocer prestaciones y otros beneficios, como viene ocurriendo en Transmilenio. “De acuerdo con la información de la gerencia de esa empresa, hoy cerca del 43% de los trabajadores se encuentran vinculados a través de cooperativas de trabajo asociado o empresas temporales, en todo caso sin contrato estable, hecho que como es obvio no reconoce reales garantías a los trabajadores”, afirmó.

Caicedo acogió varias de las propuestas de los pequeños propietarios, las cuales considera indispensables para salir del atolladero en que se encuentran las conversaciones con la administración distrital. “Tiene que constituirse una instancia de negociación real, ojalá vinculando a la comisión creada por el Concejo de Bogotá como garante. Para democratizar verdaderamente el sistema, hay que conceder créditos a las empresas de propietarios a través de mecanismos como Banca Capital y eliminar varios de los requisitos actuales que impiden claramente la vinculación de los pequeños y medianos transportadores, así como estudiar la posibilidad de que el Distrito facilite los patios y la infraestructura de talleres como parte del capital necesario, retribuible a través de los ulteriores ingresos del sistema. Hay mucho por hacer y el tiempo se acaba”, declaró Jaime Caicedo.
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