martes, 23 de junio de 2009

Nadie parece hacer conexión entre miseria, hambre e inseguridad, dice concejal Jaime Caycedo



* La precaria y decadente situación social y económica de las mayorías está vinculada a la inseguridad en Bogotá.
* Rechazo a mayor represión en la Localidad de Sumapaz.

Durante el debate sobre la situación de seguridad de la capital de la República, el concejal del Polo Democrático Alternativo Jaime Caycedo dijo que el incremento en el hurto y demás crímenes de alto impacto social no tendrá solución inmediata mientras las condiciones económicas y sociales de la mayoría de la población sigan siendo tan dramáticas como las que se viven actualmente.

“El propio gobierno nacional, en el informe de Colombia en seguimiento de la cumbre mundial a favor de la infancia 1990 – 2000, reconoce que en el ámbito de las familias en pobreza, su seguridad alimentaria se ha visto comprometida en razón del crecimiento de las tasas de desempleo y del aumento relativo de los precios de la canasta familiar, frente a ingresos bajos que afectan a más del 50% de la población; de ésta el 20% no alcanza a cubrir la totalidad de sus necesidades de calorías y nutrientes y, por tanto, están en franca inseguridad alimentaria. Esto implica, ni más ni menos, que la gente está recurriendo a cualquier alternativa para calmar el hambre de sus hijos y para cubrir las más imperiosas necesidades de sus familias, las cuales no puede suplir debido al franco desempleo o a su disfraz que ha dado en llamarse “subempleo” o “empleo informal”. Allí es donde hay que buscar las raíces y razones de la inseguridad”, afirmó el concejal de Bogotá.

Para sustentar sus afirmaciones, Caycedo citó estudios de diversas universidades que señalan que escasamente el 46.9% de los trabajadores en Colombia son asalariados, de los cuales sólo el 35% tiene contrato de trabajo permanente. “Además, el 55% de los llamados trabajadores por cuenta propia reciben menos de medio salario mínimo mensual, mientras que el 80% de los asalariados ganan menos de dos salarios mínimos mensuales, ingresos que son a todas luces insuficientes para adquirir la canasta básica de bienes”, señaló el concejal del PDA.

“La sociedad tiene que voltear su mirada hacia la penosa condición de los jóvenes, acusados ahora de ser instigadores de una oleada criminal, según dan cuenta diversos medios masivos de información. En primer lugar, es necesario recalcar que los jóvenes per se no son delincuentes. El problema es que son víctimas no sólo del prejuicio social, sino lo que es peor, de la más aberrante marginación económica. Hay que recordar que la tasa de desempleo entre jóvenes de 14 a 26 años más que duplica el indicador de desempleo entre adultos. Además, si eentre los adultos más pobres la inactividad es del 20%, la tasa de desempleo de los jóvenes pobres supera el 28,9%, mientras que la de los jóvenes ricos bordea el 18%”, denunció Caycedo Turriago.

De esta manera, en su criterio, aquí se está dando el verdadero caldo de cultivo para la inseguridad en las calles bogotanas. “De hecho, con semejante situación económica y social, no me explico cómo el tema no se ha desbordado aun más. La administración distrital y la sociedad toda tenemos que ocuparnos prioritariamente de este grave asunto, no sólo porque de él depende aparentemente la tranquilidad de las calles, sino porque en fin de cuentas estamos condenando al grueso de la población a una sin salida de desesperanza, hambre e ignominia”, dijo Jaime Caycedo.

Aprovechó la oportunidad para rechazar las alternativas militaristas que la propia administración distrital está dando a fenómenos como los presentes en la Localidad de Sumapaz. “Esta es una zona de la ciudad que se ha caracterizado por su tranquilidad. Reporta los más bajos indicadores de homicidio, hurto y, en general, de inseguridad de toda la ciudad. Aparte de que los habitantes de Sumapaz deben soportar huy una dura presencia militar, en proporción de tres soldados por cada habitante, la administración anuncia que va a redoblar el pie de fuerza policial, situación que es rechazada por la comunidad debido a la presión y a la incomodidad que esta clase de medidas representan para su movilidad y tranquilidad en general. Por ello, pedimos al Alcalde Mayor estudiar con mayor detenimiento estas medidas y reconsiderarlas”.

Prensa PCC

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