

El Viernes Santo de 1966, unas 1.500 personas, que no habían podido conseguir techo digno para vivir, se enfrentaron con la Fuerza Pública y utilizaron mujeres y niños como escudo. "Lo hicimos para ver si los policías se atrevían a pasar con sus caballos por encima de los más débiles", argumenta Gilberto Ayala, uno de los fundadores del barrio Policarpa.

Aquel día, la cadena humana no fue suficiente. A las 12:30 del día, media hora después de la toma, se desencadenó un enfrentamiento entre la Policía y los invasores. "Nos valimos de antorchas, caucheras y hasta de armas de fuego para defender el territorio", agrega Ayala.

Así, se consolido la ocupación del barrio Policarpa Salavarrieta, que seis años atrás había sido estratégicamente planeada por un grupo de intelectuales de izquierda para responder a la necesidad de vivienda de las familias que eran rechazadas por avisos discriminatorios que decían: "Se arrienda, pero sin niños".

Pero, también tiene claro que, esa presión los motivó a trabajar de manera solidaria por el desarrollo de la comunidad y fundar el Colegio Policarpa.
Aunque ya pasaron 49 años desde la primera toma, Ayala, de 78 años, recuerda, como si fuera ayer, los domingos culturales en los que sus compañeros de lucha entonaban al unísono: "Viva el barrio Policarpa y todos sus invasores. Abajo el terrateniente, vivan los trabajadores".
KAREN CANTE
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
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