En el transcurso de las deliberaciones del Comité central del PCC grandes movilizaciones de masas, de trabajadores y estudiantes, confrontan en Francia las soluciones capitalistas a la crisis. La clase obrera europea, también en Grecia y en España despliega su resistencia y sus propuestas. En América Latina el pueblo venezolano reafirma en las elecciones la voluntad de cambio y en Ecuador confronta la tentativa de golpe de Estado. Vaya a todos estos procesos nuestro saludo y voz solidaria.
En el plano interno observamos que el gobierno Santos no solo es continuador de las políticas de Uribe sino que se propone adelantar un proceso de consolidación de las contrarreformas y retrocesos sociales. Su política económica está concebida para dar continuidad a la estrategia de acumulación capitalista que se adelanta en el país desde hace varias décadas. En sentido estricto, puede preverse una profundización del proceso de neoliberalización, a juzgar por el paquete de reformas presentado al Congreso.
La expresión más grave del continuismo es la seguridad democrática que combina las operaciones de guerra contrainsurgente con las medidas que involucran a la población civil en el conflicto, la criminalización de quienes luchan por la paz y los acuerdos humanitarios y, en general, de los opositores políticos. Aunque la presión latinoamericana obligó a Santos a normalizar relaciones con Venezuela, Ecuador y Unasur, y la Corte declaró inexistente el tratado de las bases, el intervencionismo militar de Washington deviene cada día más en una amenaza a la estabilidad en la región. Santos apunta hacia un desenlace militar del conflicto interno en lugar de una solución pacífica, vía del diálogo y la negociación. La lucha por la paz exige derrotar la orientación guerrerista, definir una política de Estado dirigida a poner fin a la matanza entre colombianos y establecer procedimientos mutuamente convenidos para lograr acuerdos verificables con el apoyo de la Comunidad internacional. Una ley de verdad, justicia y reparación auténtica, una Comisión de la verdad, una política de restitución de tierras y de reforma agraria democrática son indispensables en lugar de los remedos propuestos por Santos. Se requiere la depuración de las fuerzas armadas y de seguridad del narcoparamilitarismo y el desmantelamiento de los aparatos criminales de la ultraderecha. Es imperativo impulsar iniciativas unitarias para la liberación de los rehenes y de los presos políticos, el intercambio humanitario y el cese de la persecución política a quienes trabajan por la paz, los derechos humanos y las organizaciones populares.
La consolidación del modelo económico neoliberal Uribe – Santos consiste en adaptar el Estado a los requerimientos del aparato explotador transnacionalizado mediante su traducción en cambios de la constitución y las leyes que privilegian la inversión extranjera y los pretendidos derechos exclusivos para los capitalistas. El Estado cede sus prerrogativas de legislar en provecho del interés nacional para favorecer el saqueo de las riquezas naturales, la depredación y contaminación del medio ambiente y la explotación inmisericorde de los trabajadores por el capital transnacional. El PCC se opone a la proyectada ley de regalías y llama a luchar por una política minero-energética que priorice el desarrollo nacional y el papel del Estado en su explotación racional. Propone informar y agitar el proyecto de Estatuto del trabajo presentado por la senadora Gloria Inés Ramírez.
En la coyuntura de un gobierno con las características vistas, el PCC considera correcta la orientación de profundizar y desarrollar la política unitaria. Frente a la actual ofensiva de la derecha y de un sector liquidacionista para destruir el Polo no cabe otra actitud que la de defender el proyecto unitario, consolidar su orientación de izquierda, desarrollar la plataforma de lucha por los derechos del pueblo, fortalecer sus organizaciones y comités de base con el criterio de que no bastan los acuerdos por lo alto. Es necesario rescatar el carácter alternativo y transformador del Polo, sus rasgos de instrumento político de amplios sectores populares que quieren expresar sus angustias y sus propuestas. Hay que trabajar por la afiliación de miles de personas a la organización, la formación de sus direcciones locales y la planificación adecuada de la campaña de elecciones de octubre de 2011.
La actual crisis del Polo no es obra exclusiva de la derecha con el apoyo de los liquidadores. Hace crisis la indefinición de una política de alianzas, la incapacidad de vincularse a la lucha y movilización social así como la inconsecuencia en el ejercicio de las experiencias de gobierno, particularmente en Bogotá, D.C. Se debe actuar enérgicamente para corregir y rectificar estas fallas graves que amenazan los espacios conquistados y que llevan el Polo a la división. La ruta correcta es la de preservar la integridad del Polo frente los vicios de la politiquería y la corruptela, inherentes al sistema dominante y, a la vez, construir su política en un deslinde neto de las pretensiones antidemocráticas y cómplices en el propósito de destruir el Polo del ex candidato presidencial Petro. La izquierda tiene el elevado reto de actuar unida en la tarea de rescatar, rectificar y fortalecer el Polo como instrumento político del pueblo.
Las demostraciones de resistencia popular de masas en huelgas, marcha patriótica, cabildos, minga nacional indígena, congreso de los pueblos, encuentros y movilizaciones indican que la unidad tienen perspectivas hacia la izquierda y en la lucha social, clasista, etnosocial, regional y democrática. Proponemos la coordinación conjunta de todos los procesos unitarios y la Gran Coalición, la búsqueda de unos objetivos de plataforma comunes, la construcción de condiciones para el paro cívico y para la creación de un escenario común de decisiones estratégicas. Partimos de la realidad de que no toda la izquierda está agrupada en el Polo. El Polo debe ensayar formas de unidad de acción con estas nuevas fuerzas, acompañar solidariamente sus acciones, construir convincentes iniciativas de confianza y convocarlas a la participación conjunta en la batalla electoral local de 2011.
El PCC y la JUCO han cumplido importantes tareas en la celebración del 80 Aniversario del partido y los actos con motivo del Bicentenario. Las direcciones deben planificar el trabajo electoral en perspectiva, las consultas internas, los contactos para las alianzas. Nos proponemos sostener lo ganado hasta ahora y avanzar en nuevas posiciones con ayuda de los aliados. Está en desarrollo la campaña de crecimiento dentro de la consigna de fortalecer el PCC hacia la segunda y definitiva emancipación del pueblo colombiano. Significa abrir las puertas de la organización a los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, los artistas y trabajadores de la cultura, sin descuidar la vigilancia revolucionaria, con un sincero espíritu de amplitud. La campaña de crecimiento se efectúa en el marco de la política unitaria, no se contrapone sino que se complementa con el esfuerzo por fortalecer el Polo.
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO, PCC
COMITÉ CENTRAL
Integrante del Polo Democrático Alternativo, PDA
Bogotá, octubre 23 de 2010.
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En el plano interno observamos que el gobierno Santos no solo es continuador de las políticas de Uribe sino que se propone adelantar un proceso de consolidación de las contrarreformas y retrocesos sociales. Su política económica está concebida para dar continuidad a la estrategia de acumulación capitalista que se adelanta en el país desde hace varias décadas. En sentido estricto, puede preverse una profundización del proceso de neoliberalización, a juzgar por el paquete de reformas presentado al Congreso.
La expresión más grave del continuismo es la seguridad democrática que combina las operaciones de guerra contrainsurgente con las medidas que involucran a la población civil en el conflicto, la criminalización de quienes luchan por la paz y los acuerdos humanitarios y, en general, de los opositores políticos. Aunque la presión latinoamericana obligó a Santos a normalizar relaciones con Venezuela, Ecuador y Unasur, y la Corte declaró inexistente el tratado de las bases, el intervencionismo militar de Washington deviene cada día más en una amenaza a la estabilidad en la región. Santos apunta hacia un desenlace militar del conflicto interno en lugar de una solución pacífica, vía del diálogo y la negociación. La lucha por la paz exige derrotar la orientación guerrerista, definir una política de Estado dirigida a poner fin a la matanza entre colombianos y establecer procedimientos mutuamente convenidos para lograr acuerdos verificables con el apoyo de la Comunidad internacional. Una ley de verdad, justicia y reparación auténtica, una Comisión de la verdad, una política de restitución de tierras y de reforma agraria democrática son indispensables en lugar de los remedos propuestos por Santos. Se requiere la depuración de las fuerzas armadas y de seguridad del narcoparamilitarismo y el desmantelamiento de los aparatos criminales de la ultraderecha. Es imperativo impulsar iniciativas unitarias para la liberación de los rehenes y de los presos políticos, el intercambio humanitario y el cese de la persecución política a quienes trabajan por la paz, los derechos humanos y las organizaciones populares.
La consolidación del modelo económico neoliberal Uribe – Santos consiste en adaptar el Estado a los requerimientos del aparato explotador transnacionalizado mediante su traducción en cambios de la constitución y las leyes que privilegian la inversión extranjera y los pretendidos derechos exclusivos para los capitalistas. El Estado cede sus prerrogativas de legislar en provecho del interés nacional para favorecer el saqueo de las riquezas naturales, la depredación y contaminación del medio ambiente y la explotación inmisericorde de los trabajadores por el capital transnacional. El PCC se opone a la proyectada ley de regalías y llama a luchar por una política minero-energética que priorice el desarrollo nacional y el papel del Estado en su explotación racional. Propone informar y agitar el proyecto de Estatuto del trabajo presentado por la senadora Gloria Inés Ramírez.
En la coyuntura de un gobierno con las características vistas, el PCC considera correcta la orientación de profundizar y desarrollar la política unitaria. Frente a la actual ofensiva de la derecha y de un sector liquidacionista para destruir el Polo no cabe otra actitud que la de defender el proyecto unitario, consolidar su orientación de izquierda, desarrollar la plataforma de lucha por los derechos del pueblo, fortalecer sus organizaciones y comités de base con el criterio de que no bastan los acuerdos por lo alto. Es necesario rescatar el carácter alternativo y transformador del Polo, sus rasgos de instrumento político de amplios sectores populares que quieren expresar sus angustias y sus propuestas. Hay que trabajar por la afiliación de miles de personas a la organización, la formación de sus direcciones locales y la planificación adecuada de la campaña de elecciones de octubre de 2011.
La actual crisis del Polo no es obra exclusiva de la derecha con el apoyo de los liquidadores. Hace crisis la indefinición de una política de alianzas, la incapacidad de vincularse a la lucha y movilización social así como la inconsecuencia en el ejercicio de las experiencias de gobierno, particularmente en Bogotá, D.C. Se debe actuar enérgicamente para corregir y rectificar estas fallas graves que amenazan los espacios conquistados y que llevan el Polo a la división. La ruta correcta es la de preservar la integridad del Polo frente los vicios de la politiquería y la corruptela, inherentes al sistema dominante y, a la vez, construir su política en un deslinde neto de las pretensiones antidemocráticas y cómplices en el propósito de destruir el Polo del ex candidato presidencial Petro. La izquierda tiene el elevado reto de actuar unida en la tarea de rescatar, rectificar y fortalecer el Polo como instrumento político del pueblo.
Las demostraciones de resistencia popular de masas en huelgas, marcha patriótica, cabildos, minga nacional indígena, congreso de los pueblos, encuentros y movilizaciones indican que la unidad tienen perspectivas hacia la izquierda y en la lucha social, clasista, etnosocial, regional y democrática. Proponemos la coordinación conjunta de todos los procesos unitarios y la Gran Coalición, la búsqueda de unos objetivos de plataforma comunes, la construcción de condiciones para el paro cívico y para la creación de un escenario común de decisiones estratégicas. Partimos de la realidad de que no toda la izquierda está agrupada en el Polo. El Polo debe ensayar formas de unidad de acción con estas nuevas fuerzas, acompañar solidariamente sus acciones, construir convincentes iniciativas de confianza y convocarlas a la participación conjunta en la batalla electoral local de 2011.
El PCC y la JUCO han cumplido importantes tareas en la celebración del 80 Aniversario del partido y los actos con motivo del Bicentenario. Las direcciones deben planificar el trabajo electoral en perspectiva, las consultas internas, los contactos para las alianzas. Nos proponemos sostener lo ganado hasta ahora y avanzar en nuevas posiciones con ayuda de los aliados. Está en desarrollo la campaña de crecimiento dentro de la consigna de fortalecer el PCC hacia la segunda y definitiva emancipación del pueblo colombiano. Significa abrir las puertas de la organización a los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, los artistas y trabajadores de la cultura, sin descuidar la vigilancia revolucionaria, con un sincero espíritu de amplitud. La campaña de crecimiento se efectúa en el marco de la política unitaria, no se contrapone sino que se complementa con el esfuerzo por fortalecer el Polo.
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO, PCC
COMITÉ CENTRAL
Integrante del Polo Democrático Alternativo, PDA
Bogotá, octubre 23 de 2010.
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